Casa Marisa: La Trapa

El sábado las predicciones del tiempo auguraban una ola de frío (que raro, siempre hablando de lo mismo) pero bueno, es lo que hay. Tomé rumbo hacia La Trapa, un pueblo de alta montaña, situado a varios kilómetros de Colunga. Para llegar al destino señalado había dos opciones: ir por Coceña o por Lliberdón, atravesando Colunga. Opté por lo segundo. Después de quince kilómetros de sinuosas curvas, pasando por pueblos como La Riera, Agüera, Eslaveyo, Carrandena... llegué a mi destino.



En La Trapa, en la casa más alta que se encuentra en la ladera de la montaña, vive Marisa Ruíz. Su único contacto con el resto de la población es un coche de los conocidos como "sin carné", al que llama Poti. Se dedica a cuidar de sus animales: diez vacas, siete perros de caza, gallinas, ¡hasta una oca!... así como a las labores propias del campo. Es una mujer encantadora y muy buena anfitriona, por cierto.
Marisa Ruíz en su cocina. La Trapa (Colunga), Asturias. 2010

Antes de comer, me sugirió que la acompañara a "cebar a les vaques", que con este tiempo no las saca a pastar por el frío. Subimos unas escaleras al primer piso de la casa, donde se ubican las habitaciones, un baño y una puerta que da a la tenada, desde donde arroja la hierba a las vacas. Abre una trampilla de madera y bajo ella asoma una de ellas, sabía que era la hora de comer. A continuación, bajamos directamente a la cuadra. Allí se encontraban Romera, Gacela, Campesina, Milica… Marisa, con su pala de dientes, empezó a distribuir la paja a todos los animales, repitiéndose continuamente: - ¡Estes vaques quien les va heredar!.- Había muy poca luz, los únicos rayos que entraban eran los procedentes de una ventana y dos bombillas de escasa intensidad.

Dentro de la cuadra. La Trapa (Colunga), Asturias. 2010

Llegó la hora de comer, con el frio que hacia se agradecía el buen pote de berzas que puso en la mesa. Cocinadas lentamente sobre una cocina de leña, a la vieja usanza. ¡Estaban cojonudas!. De postre: una tarta de castañas. (Arguiñano, ¡mejoralo!). Despúes de una larga sobremesa, que duró hasta el atardecer, visité cada rincon de la casa, en los que se encontraban recuerdos de su vida, acompañados de retratos de Tino, su marido ya fallecido.


Recuerdos. La Trapa (Colunga), Asturias. 2010

Me invitó a volver y pasar allí la noche, para fotografíar por los alrededores. Así que en breve le haré otra visita. Con un poco de suerte, ¡igual me topo con algún Asturcón!
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Apunte sobre otras miradas

Cuando decidimos abarcar un proyecto, además de documentarnos sobre el asunto que nos ocupa, nunca está de más informarse sobre la obra de otros fotógrafos y aprender de ellos, en ningún momento se deja de aprender cosas nuevas. Así nos lo inculcaron en la escuela. Antes de empezar el proyecto ya conocía sus trabajos y, desde siempre, busque un apoyo al ver sus fotografías. Es cierto que existen multitud de fotógrafos que han fotografiado en Asturias, pero me gustaría citar, siempre sin menospreciar a los demás, a dos de ellos: Miki López y José Manuel Navia.

El primero de ellos, el fotoperiodista asturiano Miki López (Asturias, 1969), realizó un trabajo a fondo sobre sobre Asturias, desde Enero del 2006 a Octubre del 2007. Yo lo tengo que hacer en pocos meses y llevo muy poco tiempo, como quien dice, involucrado en este mundo, pero intentare hacer lo que este en mi mano para presentar algo decente. El trabajo de documentación que hizo Miki sobre Asturias podemos verlo resumido en Asturias SXXI:

"En enero de 2006 tuve la suerte de iniciar un recorrido inolvidable por Asturias. 78 concejos, 74.000 kilómetros recorridos y casi 100.000 fotografías realizadas.

Tengo que reconocer que, por aquel entonces, me creía un gran conocedor de mi tierra. Veinte meses después entendí que aquel sentimiento no solo era falso sino que además es una de las grandes enfermedades de nuestro pueblo, Queremos a nuestra tierra , pero no la conocemos. Y eso nos hace olvidarnos de ella, hasta el punto de ponerla en serio peligro de subsistencia. Asturias no es solo Oviedo, Gijón, Avilés y Las Cuencas Mineras, con sus industrias, centros comerciales y autovías. Asturias también lo son las gentes vinculadas al campo, con su economía ancestral mermada por centenares de leyes modernas que ahogan en su burocracia hasta al propio paisaje asturiano, cuya belleza depende del mantenimiento de esa actividad económica tradicional. Con una cultura milenaria en la que agoniza una lengua que muchos niegan ante la perplejidad o la resignación de sus hablantes, discriminados desde hace siglos pero que se aferran a su herencia con el mismo amor y respeto que sentían, sus padres, sus abuelos. El mismo respeto con que yo los miro.

Gracias a todos por haberme enseñado tanto en tan poco tiempo. "

Miki López

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Asturias SXXI



Caballu ente la borrina. Bulnes, Cabrales. Miki López


Atapecer. Villahormes. Miki López

Una muyer calza les madreñes dientru´l chigre. San Xuan de Nieva, Gozón. Miki López

Dejando a un lado el magnífico trabajo de Miki López, me veo en la obligación de hacer referencia a las fotografías que hizo José Manuel Navia (Madrid, 1957) en Oviedo, donde plasma su particular visión sobre la ciudad. Como apunte, recordar que también realizó en Asturias un trabajo sobre la minería. Para aquellas personas que no le conozcan, se trata de una importante figura dentro del documentalismo en España. En sus fotografías hace gala de un envidiable manejo del color y de la luz, consiguiendo con ello capturar los ambientes como pocos hacen.

Sitio del autor


Oviedo. José Manuel Navia

Oviedo. José Manuel Navia

Oviedo. José Manuel Navia

Próxima parada: Villabona

Me parece que los días de sol aun van a tardar en llegar, o eso pensaba hasta esta mañana. Hoy el día estaba nublado, para variar. Me levanté a las siete de la mañana, con la intención de coger el tren hacía Villabona (Llanera) y desde allí volver a casa a pie. Pasé por esta zona diariamente durante dos años para ir a clase, en el tren que cubre la línea Avilés-Oviedo. Siempre me gustó este lugar, pero nunca me había dado bajar y hacer unas fotos. Como comprenderéis, en el tren se esta más calentito y más con este tiempo de perros, en el que te ponen la calefacción y te quedas grogui en el asiento. Pero bueno, hoy era un buen día para quitarse la pereza de encima. Hacía bastante frío, así que ataviado de gorro, chupa y pasamontañas, para allá me fui.



Nada más bajarme en la estación, me di una vuelta por el pueblo, que a esas horas estaba desierto. Me acerqué a unas vacas, que como buenas madrugadoras, parecía que ya me estaban esperando. No sabía si meterme entre ellas o pedirles antes permiso para empezar la sesión, ya que no tenían cara de muy buenos amigos. No llevaba ni media hora y ya me llegaba el barro por las rodillas, no sabía donde meterme. Cosas del oficio. Después de acabar, justo cuando me iba, un hombre se cruzó conmigo, tenía toda la pinta de ser el dueño de aquella manada, me echó una mirada matadora. Imaginaros cual sería su mosqueo, que le saludé pero no recibí respuesta. ¿Le molestaría que sus vacas hubiesen posado para mí?. No lo sé, ni se lo pregunté. Quizás debería de haberle preguntado por el nombre de la vaca, para el pie de foto, o al contrario, es posible que el quisiese ser protagonista junto a su vaca. Me quedaré con la intriga.

Vaca. Villabona (Llanera), Asturias. 2010

Solo había estado una vez en Villabona, y no, no fue para ir a la cárcel, fue para ir a comer unos callos hace años al "Restaurante Michen" con unos amigos. De Villabona, subí caminando hacía Villardeveyo, por una cuesta que a esas horas no se la recomiendo a nadie. A la mitad del tramo me pilló un aguacero... Yo, como soy tan listo y tan precavido, me olvidé de llevar paraguas. Al parar de llover, seguí caminando hasta atravesar el pueblo y salir a la carretera general de La Miranda, para bajar dirección Solís, ya en el concejo de Corvera.

Hórreo. La Miranda. 2010

El cielo cada vez estaba más negro y en vista de que no había sitio en el que resguardarse, después de haber entablado una "interesante conversación" con una tal Maruja sobre el tiempo, tema habitual donde los haya, tuve que cortarla y darme un poco de prisa para evitar ahogarme por el camino y no arrepentirme de haber salido esta mañana. Iba a caer una buena.

Creo que es hora de quitarme las botas, a la espera de que sequen para esta tarde. Ahora, me voy a comer un plato de garbanzos con bacalao, a vuestra salud.

- Joder, acaba de salir el sol.-


Hizo mal tiempo, sí, ¡pero la música me alegró la mañana!


"Por Cudillero"

A última hora tuve que cambiar los planes. Esta mañana me fuí a Cudillero, el pueblo pesquero más típico de Asturias. Hacía tiempo que no iba por allí. Llegué pensando que, posiblemente, me encontraría ante los últimos destrozos que hace unos días regaló a la costa asturiana nuestra "amiga" Becky. Con vientos de más de cien kilómetros por hora y olas que, en algunos casos, superaron los once metros. -¡Joder!, más de un surfista se frotaría las manos-. Pero no, estaba equivocado, todo estaba bastante bien, al parecer se dieron prisa en arreglar los desperfectos. Estoy seguro de que tomaron nota del pasado. Pero hoy hacía un sol del "carajo" y me parece que, como siga así, voy a llegar a Febrero con un bronceado similar a ese rojo intenso característico de los ingleses después de veranear en Benidorm.



El viaje me sirvió, más que nada, para conocer la zona. Y no es poca cosa. La iluminación de este lugar, la disposición de sus casas colgadas de la montaña, sus calles en pendiente, interminables, que en conjunto nos recuerdan a lo que podría ser un gran laberinto, son cosas a tener en cuenta que me van a dar mucho juego. Nos podemos encontrar de todo en ellas. Me atrevería a decir que este pueblo se merecería un trabajo a fondo, pero bueno, dejémoslo para un "próximamente".

Alcantarillado. Cudillero. 2010

Que decir de sus gentes, son muy amables. Es más, te ven con la cámara en la mano y son los mejores guías que te puedas encontrar. ¡Y a coste cero!. Hay personas pintorescas e interesantes, la verdad es que los chavales de "Callejeros" se lo iban a pasar en grande, y que conste que lo digo con todo el cariño del mundo. Sus seguidores me entenderán. Perdiéndome entre sus casas, me topé con una piedra del tamaño de un cachopo de esos que se salen del plato. Tenía pinta de no molestar a sus vecinos y de llevar allí bastante tiempo. En ella se leía una pintada que decía: "La mujer no es una valla de publicidad".


Cada día que pasa y cada viaje, me ayuda a avanzar más en el proyecto. Pero a parte de esto, también me ayuda a crecer como persona (o eso creo yo). Puede que os digáis: "Este tío es gilipollas, se le ha ido la olla". Lo cierto es que algunos y algunas no os podéis ni imaginar lo que todo esto ayuda a reflexionar sobre uno mismo, sobre los demás, sobre el mundo en general y a olvidarse, por unos instantes, de algunas cosas. Así que, si tenéis oportunidad, coger la cámara, salir a la calle y poneros a hacer fotos durante unas horas. Si esto no funciona, por lo menos habréis pasado el rato...

"Buenos consejos"

Sigo trabajando en el proyecto, aunque la verdad es que me está costando bastante sacarlo adelante por muchas circunstancias: falta de coche, la climatología y otras cosas que no vienen a cuento... pero bueno, hay que ser positivo y no vale de nada lamentarse, es posible que todo ello le de un valor añadido a lo que estoy haciendo cuando vea todo acabado, si es que llego a tiempo…

Este fin de semana, tuve la oportunidad de acudir a las IV Jornadas Internacionales de Fotoperiodismo que se celebraron en Mieres (Asturias). Dentro del ciclo, el fotógrafo José Manuel Navia impartió un taller: “Las edades del reportaje. Fotografía y documento”. La verdad es que fue una buena experiencia, no solo por su forma de impartir el taller, en el que nos mostró parte de su trabajo y forma de editar las fotografías, sino por el ambiente que se respiró durante esos tres días entre los participantes.


Durante las jornadas pudimos mostrar parte de nuestro trabajo, el nivel de mis compañeros era muy alto. Por mi parte, lleve varias fotografías y dio la casualidad que se fijó en una de las que saque en Niembro (Llanes). Puede parecer una tontería, pero vamos, que gracias a eso y a los consejos de la tutora tengo aun más encaminado los siguientes pasos a dar. Le plantee a Mati el hecho de que, a pesar de que soy una persona abierta, me cuesta mucho trabajo acercarme a la gente y "apretar el botón". Me dijo: "hay que fotografiar lo que uno de verdad sabe hacer", creo que ha sido un buen consejo.



La próxima salida no sé donde la haré, pero me gustaría volver a Llanes el sábado y si es posible, me quedaré por allí hasta el domingo para aprovechar el día, ¡Aunque sea debajo de un puente!. Seguramente cogeré el tren temprano, porque sino voy a echar más tiempo viajando que por la zona. Después de esto creo que me van a conocer en todas las estaciones de Asturias. Esta vez, tendré que tener en cuenta el estado del tiempo…