En La Trapa, en la casa más alta que se encuentra en la ladera de la montaña, vive Marisa Ruíz. Su único contacto con el resto de la población es un coche de los conocidos como "sin carné", al que llama Poti. Se dedica a cuidar de sus animales: diez vacas, siete perros de caza, gallinas, ¡hasta una oca!... así como a las labores propias del campo. Es una mujer encantadora y muy buena anfitriona, por cierto.
Antes de comer, me sugirió que la acompañara a "cebar a les vaques", que con este tiempo no las saca a pastar por el frío. Subimos unas escaleras al primer piso de la casa, donde se ubican las habitaciones, un baño y una puerta que da a la tenada, desde donde arroja la hierba a las vacas. Abre una trampilla de madera y bajo ella asoma una de ellas, sabía que era la hora de comer. A continuación, bajamos directamente a la cuadra. Allí se encontraban Romera, Gacela, Campesina, Milica… Marisa, con su pala de dientes, empezó a distribuir la paja a todos los animales, repitiéndose continuamente: - ¡Estes vaques quien les va heredar!.- Había muy poca luz, los únicos rayos que entraban eran los procedentes de una ventana y dos bombillas de escasa intensidad.
Me invitó a volver y pasar allí la noche, para fotografíar por los alrededores. Así que en breve le haré otra visita. Con un poco de suerte, ¡igual me topo con algún Asturcón!.
2 comentarios:
Ke wapes Sergio!!! me encantan la primera y la segunda. Va a quedarte un proyecto mui chulo. Una preguntina: a Marisa la conocías de antes o era la primera vez que tenías contacto con ella?
Gracies Marlen, haber como avanza la cosa!. Marisa es prima de un familiar, contactos fia, contactos, jajaja
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