"De Carreño a Villaviciosa: por la costa"

Las 12 de la mañana. Delante del ordenador viendo las fotos que tengo hechas hasta el momento. La fecha de entrega se aproxima y estoy que me llevan los demonios. ¿Llegaré a tiempo?. Entra Loles en casa y me ve: -¡Que pasa!, ¿como llevas eso?-. Raro es el día que no me hacen esa pregunta, ya sea por parte de ella, amigos, vecinos y algún que otro "extraño". Mi contestación: -¡Me siguen faltando fotos! y solo me queda un mes-. No sirve de nada lamentarse y con todo lo que me ha costado llegar hasta aquí, no puedo tirar la toalla. ¿Qué quién es Loles?. Loles es esa mujer que lleva peleando conmigo desde hace 27 veranos, y no, no es mi "querida" , ¡es mi madre!. Así que hoy que la he pillado por banda, me la llevo a "caleyar" un poco. De primeras, hacia Carreño.



Salimos de Nubledo y llegamos a Cancienes, para coger un desvio por el Monte Grande y llegar a Tabaza. Rodeamos la rotonda y nos desviamos hacia Candás. La carretera hasta nuestro primer destino está en muy buen estado, así que lo agradezco después de tanta curva y tanto bache acumulado. Llegamos a Candás, capital del concejo de Carreño, donde la pesca y la industria conservera fueron, en sus tiempos, los sectores económicos más importantes del pueblo, pero entraron en crisis tras la expansión de la siderurgia en la comarca de Avilés. Actualmente, el turismo y la hosteleria, sobre todo en verano. son partes importantes de esta localidad. Uno de los elementos más significativos del pueblo es su puerto, en el pasado uno de los más importantes del Mar Cantábrico. Atravesamos toda la villa hasta detenernos en el paseo maritimo, dejando atras la playa. Yo, acérrimo a las pintadas últimamente, no perdi la oportunidad de acercarme a una de ellas y "apretar el botón".

Pintada. Candas (Carreño). 2011

Llegamos al Perán y seguimos por Las Arenas, Dormón, La Calera... hasta llegar a Muniello y de ahí coger la antigua carretera AS-19. El caso es que no sé como lo hicimos, pero acabamos en Villaviciosa, la comarca de la sidra. Atravesamos pueblos como La Marina, Camino Real, Mienagos, Oles, Santa Marina... cada vez nos acercábamos más a la costa, acabando finalmente en Tazones, villa marinera declarada conjunto histórico. Se configura como un pequeño puerto pesquero, residiendo su mayor interés en sus casas. Pongamos de ejemplo la casa con la fachada totalmente cubierta de conchas. -¡Que paciencia hay que tener para ir colocando una a una!. Por otro lado, no me paré a contar las sidrerias que hay, pero juraria que más que casas. Un buen destino para el invierno, pero mucho mejor para el verano. Apuntado queda.

De nuevo en la carretera y ahora si, por unas curvas de infarto, llegamos a Peón. Hacemos una parada en Casa Pepito a tomar algo, restaurante tipico asturiano muy popular de la zona. De ahí, salimos en busca de la Playa de Rodiles. No está muy bien señalizada que digamos y acabamos en El Puntal, a 7 kilometros antes de entrar en Villaviciosa. Situado en la desembocadura de la ría, frente a las playas de Rodiles y Misiego. Allí, podemos encontrar su playa, declarada espacio natural. Preguntamos a un hombre por donde se llegaba a Rodiles. El caso es que estaba "a dos pasos" de donde nos encontrabamos nosotros, pero para llegar en coche hay que meterse en la propia Villaviciosa y coger un desvio. Después de unos 12 kilometros, llegamos a Rodiles. Una playa asedidada por un frondoso pinar que la separa de la población. Apenas cinco personas paseando por la playa. Poco a poco iba anocheciendo y el ambiente se tornaba en una tonalidad azul muy interesante. Mi madre: -¡Sergio, que aquí ya no se ve nada!, ¿Qué coño faes?-. Me limité a decirle que se diese una vuelta por la playa, para qué iba a explicarle lo que buscaba... Ahora si que ya no se veía un pimiento y mi madre estaba aguantando como una jabata. Creo que era hora de volver para casa, bastante había aguantado "la probe muyer" - Si ye que madre no hay más que una...

Playa de Rodiles (Villaviciosa). 2011


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