-¡Joder que ganas de que llegase este momento!-. Desde que empecé con el proyecto, ya tenía en mente que la serie estaría formada por unas treinta fotografías y estoy a punto de "terminarla". -Si. ¡Por fin!. O eso creo...-. Pese a ello, aun me quedan dos fotografías que considero importantes. Desde hace varios días, a medida que voy avanzando, se me viene a la cabeza lo que Navia nos comentó en el taller de hace unos meses:
-Por mucho que penséis que vuestro trabajo esta acabado, con el paso del tiempo seguiréis viéndolo "incompleto". Esa imagen que considerabais trivial, puede ser más tarde pieza clave en vuestro trabajo-.
Llegado a estas alturas, tenía previsto empezar a hacer pruebas de impresión, pero no sin antes realizar las copias en pequeño para poder palparlas y pensar el orden en el que las presentare. Está muy bonito hacer las fotografías, pero también es importante la manera en las que serán mostradas en un futuro. Por ello, aunque el ordenador ayuda bastante, su orden se ve mucho mejor con ellas en la mano.
Las lleve a la tienda montadas para realizar las copias. En cada una de ellas, de 10x15, metí dos fotografías. Un tamaño ideal para manejarlas y "jugar" con ellas. Una vez en el laboratorio, le dije a la chica que si me harían el favor de guillotinarlas . -Sin problema- según ella. Vuelvo por ellas, todo fenomenal... a simple vista. No sé quien sería, pero al que cogió la guillotina debía temblarle la mano. A todas las imágenes les faltaba un trozo, pero menos mal que no me lo hicieron con las copias finales porque sino... -¡Me los como!-.
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