"Rozando tierras Gallegas"

Poco a poco se va acercando la fecha de entrega del Proyecto, ¡queda apenas un mes!. -¡Y yo con estos pelos!- como se suele decir. El último viaje en coche fue con Lara, en el que pude visitar el concejo de Salas. Esta vez decidí adentrarme aun más en el occidente asturiano. Tomo como compañero a Victor, quien inició conmigo este proyecto en mi primera salida. Nuestro destino de hoy: El Occidente de Asturias. No sin antes tomar el café de rigor y ojear el mapa.



Salimos de Villalegre, para coger un desvio a la Autovía del Cantábrico, dejando a nuestro paso lugares como Cudillero (lugar donde ya había estado), Cadavedo, Barcia, Luarca y otros destinos que quedan apuntados en mi agenda, pero que tendré que dejarlos para otra ocasión. Bordeando la costa, cogímos un desvio a Santa Marina, donde hicimos una breve parada en la Iglesia de Santa Marina, considerada la catedral del barroco asturiano. A continuación, nos acercamos a Puerto de Vega,
pueblo situado en el concejo de Navia. En sus tiempos, fue un pueblo comercial y ballenero, pero actualmente está dedicado a la pesca. Al pasear por sus calles, me llamó mucho la atención su limpieza, con esas casas marineras, solariegas y las de los "americanos". No pude resistir merodear por los alrededores de alguna de sus casas abandonadas. Ahora entiendo que fuese "Pueblo Ejemplar de Asturias" (1995) y "Pueblo mas guapo de Asturias" (1998).

Ventana de casa marinera. Puerto de Veiga (Navia). 2011

Siguiendo ruta, conocí pueblos como Soirana, Teifaros, Andes, El Espín... y durante el recorrido nos acompañó "ese olor inconfundible a silo". - No, no era yo... y Victor creo que tampoco-. Llegamos a Coaña, con la intención de visitar su Castro. A esas horas únicamente estaban las chicas del Aula didáctica, donde nos cobraron los tres euros de rigor para acceder a las excavaciones. Se trata de un castro del siglo I, el primero en ser estudiado y a día de hoy considerado Monumento Histórico Artístico. Estuvimos cerca de una hora y si no llega a ser porque a las tres cerraban el chiringuito, me hubiese quedado un poco más. A la salida, una de las chicas nos advirtió: -Si habeis hecho fotos, no podeis utilizarlas con fines comerciales-. Le respondimos educadamente: -No, son para "disfrute personal"-. Y se quedó conforme.

Castro de Coaña. Cuaña (Navia).2011

En un principio barajamos la idea de acercarnos a Grandas de Salime, así que cogímos esa dirección, aumentando a nuestro paso la colección de destinos a visitar en un futuro, Pumarín, Trelles, Siqueiro o Pendia, donde se encuentra el castro que lleva su mismo nombre. El estado de la carretera era bastante bueno, a pesar de lo que nos había dicho la chica de información del Castro de Coaña. - Esta moza debía ser de ciudad-. En lo que llevo recorrido estos últimos meses, he visto carreteras mucho peores. De camino, Victor me comentó que si me había dado cuenta de que donde hay palmeras, hay casas de Indianos. Y es cierto, en muchas ocasiones pude confirmarlo. -Estos "americanos"... ¡donde este un buen castaño!-.

Era hora de comer y sin tenerlo previsto, hicimos escala en Boal. Entramos en el primer bar que encontramos abierto. Dentro, el camarero y su empleada. Ella, de brazos cruzados, viendo la tele. Habíamos llegado nosotros para arruinar ese momento de relax pidiéndole, gustosamente, que nos hiciera un bocadillo de calamares. Tenía buena pinta. El pan de leña, estaba muy bueno, si, aunque la verdad es que al abrir el bocadillo y localizar los calamares, era como buscar una aguja en un pajar. Tras comer, sali a la calle a echar "el pitu" de rigor, porque ahora como bien sabeis con la ley antitabaco a los fumadores nos quieren matar de una pulmonia. Comienzo el ritual, saco mi paquete de "Pueblo", librillo, el mechero y localizo una boquilla. Mientras, me fijo en una señora que durante diez minutos se dedicó a echar calderados de agua delante del patio de su casa. Acabo el cigarro y la señora se va, no sin antes quitarse "les madreñes" y dejarlas allí.-¡Ala, pa que sequen!-. Nosotros, también teníamos que irnos...
Madreñes. Boal (Navia). 2011

Todavía era pronto para volver a casa, así que aprovechamos para seguir visitando la zona. Cada vez más cerca de nuestra vecina Galicia, descubriendo pueblos como El Gumio, Rozadas, Vega de Oira, Santa Colomba, Vega de los Molinos, Rondeira, Samagan, Pianton... por una carretera que me recordó mi paso por La Trapa, con la entrañable Marisa y su familia. Al llegar a Vegadeo, nos desviamos hacia Castropol.

Hacía años que no iba por allí, que yo recuerde había estado en una excursión con el colegio. - Anda que no llovió-. Llegamos cuando el sol estaba a punto de esconderse. Al igual que Puerto de Veiga, es un pueblo muy limpio. Cuida mucho el estado de sus casas, y seguramente los vecinos tengan mucho que ver en ello. A esas horas, apenas había gente por sus calles y poco a poco pude presenciar como se iban encendiendo las farolas de luz de tungsteno
. En ese instante pensé: -¡Me ha tocado la loteria!.- Era un momento ideal para recrearme y hacer lo que me gusta, fotografías... Bajamos al puerto y tomamos un café en la terraza de La Santina. Delante nuestro el río Eo y a la otra orilla una vista panorámica de Ribadeo, ya Galicia.

Orilla del Río Eo. Castropol. 2011

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